“Vosotros, todos cuantos habitáis en la ciudad, sois hermanos. Pero el
dios que os modeló puso oro en la mezcla con que se generaron los que de
entre vosotros son capaces de gobernar, por lo cual son los que más valen;
plata, en cambio, en la de los defensores, e hierro y bronce en las de los
labradores y demás artesanos. Puesto que todos sois congéneres, la
mayoría de las veces engendraréis hijos semejantes a vosotros mismos,
pero puede darse el caso de que de un hombre de oro sea engendrado un
hijo de plata, o de uno de plata uno de oro, y de modo análogo entre
los demás hombres. En primer lugar y de manera principal, el dios
ordena a los gobernantes que de nada sean tan buenos guardianes y nada
vigilen tan intensamente como aquel metal que se mezcla en la
composición de las almas de sus hijos. E incluso si sus propios hijos
nacen con una mezcla de bronce o de hierro, de ningún modo tendrán
compasión, sino que, estimando el valor adecuado de sus naturalezas, los criarán entre los artesanos o los labradores. Y si de éstos, a su
vez, nace alguno con mezcla de oro o plata, tras tasar su valor, los
ascenderán entre los guardianes o los defensores, respectivamente, con la
idea de que existe un oráculo según el cual el Estado sucumbirá cuando
lo custodie un guardián de hierro o bronce”. Platón. República, 415 b-c.
Leed atentamente el texto de Platón y explicad cuál es el argumento que usa su autor para establecer la diferencia entre los distintos habitantes de la ciudad.
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