jueves, 4 de junio de 2015

Reducción al absurdo.

Cuando el inspector Doppler concluyó su exposición, el veterano detective St. John Lord Merrydew sonrió, aspiró profundamente el humo de su pipa y comenzó a hablar con su parsimonia habitual: "Afirma usted, inspector, que el socio del sr. Wyke, Henry Siemens, es el autor de su asesinato, pero se equivoca y voy a demostrarlo. Supongamos que el sr. Siemens fuera, como usted sostiene, el autor del crimen. Puesto que el crimen se cometió entre las seis y las siete menos cuarto de la tarde del jueves, el asesino debía estar a esa hora en la mansión de Green Manor. Pero está comprobado que el señor Siemens estuvo hasta las cinco y media en el Grabish Club de Exeter, a más de hora y media en tren de la mansión. Si estuvo en el club hasta la hora indicada no pudo coger el tren de las 17,25 hacia Green Manor. Si no pudo coger el tren de las 17,25 tuvo que esperar hasta las 18,40 para coger el siguiente. Pero si cogió el siguiente tren, entonces no pudo llegar a Green Manor hasta cerca de las 20,00 horas. Con lo cual resulta que, si su suposición es correcta, el sr. Siemens estaba y no podía estar a la vez en la escena del crimen a la hora establecida. Estará usted de acuerdo conmigo en que esta circunstancia es bastante improbable, por lo que, sintiéndolo mucho, creo que su brillante teoría no resiste un mínimo análisis lógico". El inspector Doppler fue a decir algo, pero guardó silencio mirando a Merrydew con una mezcla de admiración y reproche.

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